3 dientes de ajo
300 gr de cebolla
2 clavos
1 cordero no muy grande
manteca de cerdo (para untar todo el cordero)
1 cucharada de orégano
1 cucharada de perejil
sal
3 cucharadas de vinagre
2 vasos (de los de agua) de vino blanco

Maje el orégano mezclándolo con un poco de sal y frote con este majado el cordero. Úntelo luego con la punta de los dedos con manteca. Mezcle machacandolo los clavos, los dientes de ajo pelados, el perejil y añada luego las cebollas peladas y picadas menudas y el vino blanco. Bañe con este adobo el cordero dejándolo unas tres horas (dándole la vuelta de vez en cuando) para que vaya cogiendo gusto.
Caliente el horno unos 10 minutos antes de ir a asarlo y coloque el cordero, a ser posible, en una cazuela de barro. Métalo al horno primero fuerte, durante 15 minutos, y luego más bajo (mediano) hasta que esté bien doradito (hay que calcular 1 y 1/4 horas para 2 kg). Unos 15 minutos antes de terminar de asarlo unte con un pincel el cordero con el vinagre. Cuando esté, apague el horno y deje el cordero dentro unos 10 minutos mas para que repose. Sáquelo y trínchelo recogiendo el jugo que suelte. Ponga un poco de agua caliente en la cazuela y rasque con un tenedor el fondo y los bordes. Caliente bien esta salsa y sírvala en salsera aparte.