1/2 l de leche
50 g de maicena
300 g de azúcar
la cáscara de 1 limón
una rama de canela
harina
2 huevos
aceite
un ramito de menta
1/2 kg de helado de canela.

Poner la leche en un cazo. Añadir la maicena tamizada y remover enérgicamente para que no se formen grumos.

Incorporar 50 g de azúcar, la canela y la corteza de limón.

Calentar a fuego lento, sin dejar de remover, hasta que se espese.

Pasar la mezcla a una bandeja rectangular de 2 cm de altura y dejar que se enfríe.

Cortar la masa en rectángulos y pasarlos primero por harina y, después, por el huevo batido.

Freír en abundante aceite caliente hasta que estén dorados.

Retirarlos escurriéndolos bien.

Preparar un almíbar con 250 g de azúcar y 250 ml de agua.

Añadir las hojas de menta muy picadas, dejar cocer 3 minutos, retirar del fuego y reservar.

Servir la leche frita con el almíbar de menta y unas bolas de helado de canela.

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